lunes, 18 de mayo de 2009

Tengo una Culebrilla...¿Has ido a que te la rezen?

Rezo de la Culebrilla:
" Herpe maligno, vete de aquí, que la
Virgen María pasó por aquí. Yo te maldigo,
que no te bendigo así mueras
como verdad te digo, ni subas ni vayas
para arriba".

"Aquí te rezo culebrilla desde el principio
donde la tienes y termina en las
costillas, culebrilla tienes que desaparecerte
culebrilla. Creo en Dios Padre.

La aparición del herpes, en todas sus manifestaciones, es una señal de que algo anda mal en el sistema inmunológico de un individuo. Los remedios caseros, en cualquiera de los casos, deben ser sustituidos por una oportuna orientación médica. Pablo Blanco.
A pesar de que la palabra herpes es tan común en el habla coloquial, en muchos casos su significado es tergiversado o malentendido por la población. Esta confusión semántica se traduce en trágicas consecuencias para quienes, sin ser especialistas, creen saber cómo tratar este padecimiento o para aquellos que le dan poca importancia a su aparición. El doctor Javier Flores, dermatólogo, explica que el herpes, como todo virus, está compuesto de pequeñas partículas que se alimentan de las células vivas, interviniendo en su proceso metabólico, infectándolo y causando dolencias, en principio dérmicas, que aparecen en distintas zonas del cuerpo. Son tres los tipos de herpes más comunes, según lo aclarado por Flores: el herpes simplex, a su vez dividido en herpes simplex 1 (que ataca la zona facial) y herpes simplex 2 (que ataca la zona genital) y el varicela zoster, conocido coloquialmente como culebrilla (dado que en su manifestación en la piel se asemeja a la de una pequeña culebra). Comenta el doctor que, en torno a cada uno de ellos, existen múltiples mitos sobre su aparición así como sobre su curación. La automedicación es el primer problema con el que se enfrentan los médicos cuando reciben a sus pacientes. La misma tiene consecuencias muchas veces tan graves como la vanalización de la enfermedad. “Quiero que, en este artículo, seamos muy enfáticos en la importancia que tiene para los pacientes la orientación por parte de los dermatólogos en cuanto al tratamiento del herpes. Es muy importante recalcar que, en un alto porcentaje de los casos, cuando esta dolencia es atacada desde su primera aparición en el organismo, las probabilidades de erradicarla son muy altas. El problema está en que la gente se automedica o deja pasar el tiempo, lo cual hace que la enfermedad se reactive o, en el peor de los casos, evolucione contundentemente”.
Herpes labial, herpes genital
“Me sale cuando voy a la playa o cuando estoy muy estresado. Pero siempre me pongo limón para curármelo. Creo que lo heredé, porque eso le salía también a un tío mío y, bueno, como él usaba esta cremita me imagino que a mí también me puede resultar. ¿No cree usted, doctor? Mi abuela dice que esos son fuegos en la boca”. Lo anterior es un testimonio anónimo que puede recoger lo dicho por un alto porcentaje de pacientes que ha acudido a la consulta del dermatólogo entrevistado para este trabajo. Los famosos “fuegos en la boca” están referidos a lo que, en términos médicos, se llama herpes simplex 1, el cual ataca la zona facial con dolorosas ampollas que aparecen en el borde de los labios.
“El herpes simplex, en cualquiera de sus formas, se aloja en los ganglios y en las terminaciones nerviosas sensoriales. Permanece en una fase latente hasta que se da la inmunosupresión local; es decir, una baja en las defensas orgánicas de la persona. Es entonces cuando el virus hace su expresión clínica en ampollas y llagas que aparecen en determinada zona del cuerpo que, por lo general, siempre es la misma”, comenta Flores. El herpes simplex 2 es el que aparece en la zona genital y, casi siempre, es más molesto y doloroso, sobre todo en el hombre, ya que su localización se da en el glande, en el tronco del pene o en la piel escrotal. Es considerado como una enfermedad venérea y, lamentablemente, facilita el contagio de otro tipo de infecciones. Una persona que se infectó con herpes genital pudo haber sido infectada, también, de gonorrea, sífilis o sida. El riesgo de contraer otra enfermedad aumenta, ya que la piel está más desprotegida y expuesta que una piel intacta. “Hay mujeres que tienen herpes genital sin saberlo, ya que el virus, a veces, se aloja en una zona de la vagina que la paciente no puede ver. Muchas de estas pacientes reportan una molestia que ignoran a qué se debe. Y, sin saberlo, se transforman en una fuente de contagio. Eso es coherente con las cifras de la enfermedad que se manejan a escala mundial. Yo acabo de revisar unos estudios que dicen que más de la mitad de la población adulta, de un porcentaje importante de países desarrollados, está contaminada con los herpes simplex 1 y 2”.
La culebrilla: no basta rezar
“‘¿Se rezó usted la lechina? ¿No? Entonces, ¿por qué se va a rezar la culebrilla?’. Eso es lo que les digo a los pacientes que acuden a mi consulta preguntándome si la aparición de la culebrilla tiene que ver con lo esotérico. Es una creencia bastante arraigada en nuestro país. Y aunque cada quien tiene su propia religión y formas de comunicarse con su parte espiritual, lo grave es que, en muchos casos, se obvia la consulta médica”, narra Flores. Como se mencionara anteriormente, la culebrilla es, en términos médicos, el herpes zoster. En principio se manifiesta con una urticaria dolorosa en alguna zona indeterminada del cuerpo que, con el tiempo, se transforma en una ampolla dolorosa en forma de pequeña culebra.
“Se trata de una reaparición de la varicela, o sea, de la lechina. Como se sabe, este virus aparece, por lo general, durante la infancia. Su reactivación tiene que ver con factores que varían de acuerdo a cada caso. Muchos de ellos tienen que ver con una falla en el tratamiento utilizado para erradicar la lechina o en una mala aplicación de la vacuna contra la misma. Si todo se ataca a tiempo el paciente no tiene nada que temer. El problema es cuando la persona no se orienta con un médico y lo que comienza con un síntoma simple se transforma en un problema más complejo. Recordemos que la aparición de este virus reporta, directamente, una falla en el sistema inmunológico. Y, en el caso particular de la culebrilla, puede decirse que a veces se manifiesta debido a una enfermedad subyacente como el cáncer. Esto sin mencionar que su secuela en ocasiones termina generando la neuritis o la encefalitis, que son lesiones posherpéticas en el cerebro. Son casos extremos, pero está comprobado que la mayoría de ellos es producto de una deficiente o nula atención médica. Por eso es que insisto en que no basta sólo con rezar”.
Un no a la automedicación
Los remedios caseros o las soluciones “milagrosas” se imponen popularmente a la hora de atacar el herpes en cualquiera de sus formas. El limón y el alcohol para el herpes labial, las cremas “innovadoras” para el herpes genital. Sin un conocimiento del origen del padecimiento puede cumplirse, literalmente, aquello de que el remedio es peor que la enfermedad. “Por décadas se han puesto en práctica las recetas caseras porque quizás en algún momento a alguien le dieron resultados inmediatos, pero hay que aclarar, que, en este caso, no son la solución al problema. El limón, por ejemplo, contiene una sustancia irritante; si la persona se lo aplica sobre un herpes la consecuencia puede ser una irritación mucho mayor. Esas cremas que, a veces, nos recomienda la vecina, el tío o la amiga, pueden contener esteroides y los esteroides están contraindicados para el tratamiento del herpes ya que lo activan de manera dramática”. Flores reitera que lo idóneo es que la persona acuda al dermatólogo desde la primera aparición del herpes en cualquiera de sus formas, incluso si se trata de niños. Aclara, no obstante, que esto no es lo usual, ya que las personas acuden, con suerte, cuando les aparece por segunda o tercera vez. Y aunque el tratamiento varía de acuerdo al tipo de herpes en cuestión, los medicamentos antivirales, que pueden ser administrados por vía oral o tópica (cremas), contienen un componente llamado aciclovir cuya acción es la que actúa directamente sobre la enfermedad. Flores menciona que es muy inusual que un herpes sea tratado de manera quirúrgica. Lo que sí puede suceder, en los casos más graves, es la hospitalización del paciente mientras es tratado.